Un lugar para ellas

Son ya 17 años los que llevamos juntos, aunque durante todo este lapso ni estuvieron donde debieron ni sonaron como se les presumía. Y es que lo de llevarte una jirafa adulta como mascota a un piso con dos habitaciones de la España actual, resulta fácil comprenderlo. Durante los diez años que viví allí, no me quedó más remedio que hacer uso de un software de ecualización de sala para ponerle freno al Aston Martin. Si bien los resultados fueron cercanos a ser esenciales por lo necesarios, lo que mejoraba por un lado (los graves) enturbiaba por otro: los medios y en menor medida, los agudos. Al final no deja de ser un sonido rutinario, tu equipo y tu espacio y te quedas ahí sin ya saber o ni siquiera preguntarte si está bien o por el contrario era un maldito desastre. Cuando no hay alternativa, ajo y agua. 

El tiempo pasó y la vivienda también (a la historia). La nueva, si bien era amplia, no tenía ninguna estancia idílica para mi afición, al menos en la parte cubierta. Con este dato ya habré alguna pista, aunque para muestra un botón:



La vivienda contaba con dos azoteas descubiertas, una de apenas 20m2, pero otra con casi 40, lugar que ocupó toda mi atención e ilusión futura en poder hacer algo a ser posible más que decente para poder albergar a los mastodontes. Ya tenía claro el tipo de estructura, techo y altura, pero ahora faltaba darle forma. Para aprovechar el espacio, recurrí a estudiar la estructura de los muros sustentantes para colocar sobre ellos las vigas de aluminio de 10x10 cms. y, ¡bingo! Me dieron el VºBº.

 


El frente está formado por 6 metros de ventanas oscilobatientes con rotura de puente térmico con separación entre cristales de 1 centímetro, mientras que los laterales estarían formados por planchas de panel de sándwich de 3 centímetros de anchura y la parte trasera por una estructura de aluminio con tres ventanas, de las cuales las laterales serían fijas y la central oscilobatiente. 

Uno de los problemas encontrados fue el asunto de las lluvias y con ellas, el exceso de uso del desagüe de la vivienda para asumir el equivalente a un área de 40m2 adicionales, por lo que se optó por crear un hueco en el frente para canalizar una tubería que hiciera uso del desagüe de la azotea que a partir de este momento quedaría inutilizado.


El invento quedó bien, a costa de perder algún metro útil en la estancia. Posteriormente, recurrí a forrar todo el interior con lana de roca del mayor grosor que pude encontrar para rematar la faena con pladur.









Las ofertas de Leroy Merlin fueron básicas para que la cosa no se me desmadrara más de lo presupuestado ;)






De esta manera quedó totalmente cerrada la zona donde se optó por poner la tubería en su desembocadura hasta el desagüe existente.



Detalles del trabajo con el pladur






Poco a poco iba cogiendo forma de una estancia doméstica "normal".





Espero no tener que volver a moverlos nuevamente, porque subir seis módulos de cajas a lo alto y largo de dos alturas, sumando entre ellos casi 250 kgs. no es plato de gusto, así y todo la ilusión no me hacía recordar futuribles dolores de ciática.


Fotos aéreas del nuevo habitáculo






De esta manera se dio por finalizada la primera parte de la nueva habitación. Ya estaba el lugar y la ubicación para ellas, pero faltaba dar forma a la acústica, aún en pañales. Este tema lo trataremos más adelante con la entrada correspondiente.











Comentarios

Entradas populares